jueves, 29 de abril de 2010

UN HOMBRE DE PROVECHO

-¡Jamás volveré a ser un vulgar trozo de yeso! - Pensaba, orgulloso de sí mismo, el pedazo de tiza mientras se deshacía en la pizarra en forma de fórmulas matemáticas.

© Richard Archer - 2010 (Todos los derechos reservados) 


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