jueves, 29 de abril de 2010

DESCUBRIMIENTO

La primera vez que vi caer nieve debería de tener siete años. Recuerdo una mañana abrir la ventana de mi habitación, que daba al patio de luces, y ver asombrado como algo parecido a plumas descendían lentamente desde lo alto. La sensación de frío al posarse una de esas plumas en mi mano me hizo dar cuenta que aquello no era el resultado de la rotura del cojín tendido por una vecina. Era algo mágico, inusual. Era NIEVE!

© Richard Archer - 2010 (Todos los derechos reservados)

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