Los humanos consiguieron ser por fin felices el día que construyeron semejantes que les hicieran el trabajo sucio. Sí, es cierto que aun seguian habiendo ricos y pobres, pero ya no había guerras, odios ni luchas de poder. Ahora todo dependía de las comodidades que pretendieran obtener gracias al número de semejantes que se tuviera a su cargo.
© Richard Archer - 2010 (Todos los derechos reservados)
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