Rosa era una chica muy bella. De cabellera roja como el fuego y con una figura esbelta. También vestía y olía de maravilla ya que las ropas y los perfumes amaban su piel con completa desmesura. Pero Rosa tenía un defecto: Su carácter, que no la hacía de muy fácil acceso. Ella pedía que la tratasen con delicadeza pero los que, cegados por su belleza, hacían caso omiso a sus sugerencia sufrían terribles consecuencias.
© Richard Archer - 2010 (Todos los derechos reservados)
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