martes, 24 de mayo de 2011

Una noche en la vida de cualquiera

Sombras de la noche. Estrellas que caminan persiguiendo su fin inalcanzable. Pérfida penumbra de luz brillante.
Un resplandor. Momentos vividos y sueños en la mente que llegan despacio a saborear las sensaciones del interior. Todo está oscuro..
 

En una cama, recostada sobre las viejas fotos está tu alma liberada que espía desde lejos todas las imágenes de aquellos recuerdos imborrables. Días lejanos que paso a paso huyen lentamente de las horas del reloj de la realidad. Un esfuerzo. 
El imán de tu imaginación, poderoso como la fuerza que destruye mundos logra poco a poco invertir el sentido del curso de tu vida. Vuelven ahora tus días pasados. Una sonrisa en el aire. Una alegría sale a revolotear entre la tristeza oscura pero cálida de tu habitación. Días felices que no volverán, noches amargas que fueron transcurriendo metidas en un saco sin fondo del que nunca pudieron salir. Un beso, una flor, una canción. Aquellas miradas que de niña invadían tu mundo de ingenuas ideas..todo vuelve. Y poco a poco tu cuerpo respira más tranquilo. Y poco a poco tus ojos se sumergen en el fresco olor a tela limpia de tus sábanas. 

Te dejas llevar por la atracción que te llama hacia el misterioso mundo de tus sueños. Te adentras en él hasta quedar profundamente dormida, como flotando sobre una nube de luces de color. Y mañana, por supuesto, otra vez el maldito reloj sonará con más fuerza, como reclamando el tiempo que sabe le robaste del corazón, de ese corazón de hierro que, como cada día, te dice que llegas tarde para vivir. Y tú te levantarás, recogerás todo aquello que ayer quedó sobre el colchón y te irás rauda y veloz, esperando que llegue pronto la mágica sensación de la madrugada, de tu madrugada, en la que volverás a suspirar por aquel pasado que se fue.

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