martes, 24 de mayo de 2011

Hojas en blanco y viejas sonrisas

Tus ojos se iluminan y tus pupilas se agrandan a medida que tu mente huye veloz en el tiempo. Tu mano baila sobre el papel lleno de líneas que se cruzan en todas direcciones de un modo regular y ordenado. Tu imaginación despega.
Empieza el viaje a través de tu corazón. Llenas el borrador de letras que se unen formando nombres con un sentido especial para ti. Todos distintos. Lugares maravillosos, momentos inolvidables, palabras que no se borran y flores que todavía huelen frescas en tu piel. Recuerdos...vivencias salidas a flote a través de tu pobre experiencia. Golpes duros, suaves caricias y lágrimas desparramadas sobre la funda de tu almohada de siempre. Todo llega. Miras hacia el techo y ves todavía sus caras divergentes que te miran como pidiéndote que no vuelvas a la realidad. Tú les saludas con la mirada y con un gesto de ternura vas despidiendo uno a uno a todos tus antiguos portadores de la felicidad. 
Vuelves a estar sola, pero te sientes bien. De nuevo, has vuelvo a ordenar todos esos rincones que forman tu ser y los has vuelto a juntar y revivir para poder buscar las fuerzas que te hacen luchar por aquello que quieres. Sensaciones que han vuelto a gritar, exaltadas por la llamada de un viejo amigo que esta tarde, inesperadamente, te ha susurrado...¿qué tal? ¿cómo te va?...

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